Un grupo de estudiantes de Bachillerato de Caxton College, con ofertas para estudiar en prestigiosas universidades, como la de Cambridge en Reino Unido, nos cuentan su experiencia para acceder a este tipo de ecosistemas académicos.

Cada vez son más los alumnos que apuestan por realizar sus estudios superiores en el extranjero debido a la globalización y a las limitadas expectativas que existen en el mercado laboral español. Reino Unido y Estados Unidos son algunos de los principales países a los que acuden los estudiantes españoles para cursar una carrera universitaria fuera de nuestras fronteras. Una de las razones fundamentales de este interés reside en que en ambas áreas se encuentran las universidades públicas y privadas que habitualmente se sitúan entre las diez mejores del mundo.

Stanford, MIT, Harvard, Berkeley, Oxford o Cambridge forman parte de ese conjunto académico de prestigio con el que todo buen estudiante, y todo padre que busca el mejor porvenir para su hijo, sueñan en alguna ocasión.

Son muchas las dudas que surgen cuando llega el momento de tomar la decisión para emprender una vida universitaria independiente fuera del país de origen. La primera es la barrera idiomática. En este sentido, los alumnos de centros británicos e internacionales tienen ventajas al respecto ya que el currículo que han seguido durante su trayectoria escolar tiene continuidad en el ámbito universitario anglosajón. A este respecto Sandra, quien debe decidirse por cursar Psicología y Criminología entre cuatro universidades británicas en las que ha sido aceptada, recuerda que “en mi caso la decisión la tomé al comparar un sistema educativo con otro. El británico no me conduce solo a entender la teoría sino a aplicarla. Es en ese punto donde puedes empezar a mejorar tus habilidades que te ayudarán a enfrentarte a tu profesión futura”.

La segunda barrera es la financiera. Sin embargo, llama la atención las ayudas que el sistema británico dispone para estudiantes autóctonos y foráneos. El precio del curso universitario ronda los 11.600 euros. Pero cualquier estudiante de la Unión Europea “puede acceder  a un crédito universitario para devolver cómodamente una vez termine la carrera y obtenga un trabajo por encima de los 27.000 euros anuales. Mientras no lo consiga, no comenzará a pagar y, si pasados 35 años no lo ha logrado, la deuda se le condona”, atestigua Fernando, quien espera respuesta para estudiar Relaciones Internacionales en tres ecosistemas académicos: en la Universidad de California, en la John Hopkins en Baltimore o en la Hkust en Hong Kong. “Pero lo justo es luchar para devolverlo porque con ese dinero otro estudiante podrá financiarse”, añade Fernando con un sentido de la responsabilidad verdaderamente llamativo para su edad.

En Estados Unidos las matrículas en las universidades célebres no bajan de los 53.000 euros, más alojamiento y comida. En ese sistema los alumnos extranjeros pueden conseguir ayudas muy gratificantes a través del deporte. En este terreno el proceso para solicitar beca es todavía mucho más intenso que en el ámbito académico por lo que conviene comenzar con dos años de anterioridad. En la documentación toma mucho protagonismo un vídeo que demuestre los atributos y habilidades atléticas en el deporte que practica el alumno. Además tendrá que pasar un examen de ingreso que valorará sus conocimientos y lenguaje. Por último tiene que tener en cuenta que solo podrá optar a las universidades que sus equipos estén en la I División (LNAA). Las becas pueden ser parciales o completas, cubriendo así matrícula, tasas, alojamiento, comida y todo lo relativo al deporte.

La tercera barrera es la académica. Si las calificaciones no son todo lo buenas que se espera, los alumnos no podrán optar a un pupitre en la universidad elegida. La cuarta barrera es la emocional. Muchas veces no es fácil romper el cordón umbilical que une a padres e hijos. Es una decisión muy reflexiva por parte de ambos por lo que habitualmente los padres asumen el distanciamiento y los jóvenes apuestan por su autonomía como primer grado de madurez. Sobre este asunto Sofía, quien ha sido aceptada en la Universidad de Cambridge para realizar Ingeniería Aeroespacial, asegura que “en mi casa no estaban de acuerdo, pero al final confiaron en mí para que tomase la mejor decisión posible. Siempre pensé que estudiar en Inglaterra me podría abrir muchas puertas de mi futuro profesional”. Por otra parte, Fernando explica que “tuve claro desde hace muchos años que quería ir a una universidad extranjera ya que las oportunidades y el abanico de trabajos a posteriori son mayores que en España”. En el caso de Sandra, afirma que “si tus padres te ven segura te apoyan aunque a veces no es la opción que más les gusta porque quieren tenerte junto a ellos pero como a la vez quieren lo mejor para ti lo aceptan y te acompañan en esta apasionante aventura”.

Época para solicitar Universidad

Los alumnos que tienen claro que van a ser universitarios en un país extranjero deben empezar a planteárselo un año antes. “Lo ideal es que empiecen a trabajar sobre esa decisión a mediados del primer curso de Bachillerato”, confirma Sandra. Es el momento de explorar las universidades a las que les gustaría acudir y saber qué requisitos académicos le van a exigir. “Para dar este primer paso internet es el principal aliado. A través de páginas webs y blogs especializados en esta materia, recoges información (precios, notas para entrar, instalaciones, necesidades, etc.) que te ayudan, junto a los profesores que te guían en todo momento, a orientarte”, continúa Sandra. En el segundo curso de Bachillerato se inicia el proceso de solicitud. Todos los alumnos tienen la posibilidad de apostar por cinco universidades. En tres meses suelen tener una carta o un mail con la respuesta.

Los más tempranos en requerir las solicitudes de los futuros universitarios son Oxford y Cambridge. El plazo suele estar en torno al 15 de octubre. “El proceso es complicado sobre todo porque hay que recopilar todas las notas internas y externas que tengas en tu currículum”, afirma Sandra. Pero el protagonismo principal se lo lleva la carta de presentación que tienen que acompañar a la documentación. “Este escrito se puede convertir inicialmente en una pesadilla, pero pronto te das cuenta de que es un sueño. La razón es que te ofrece la oportunidad de no sentirte un número académico, una cifra de un expediente derivada de notas de exámenes. Este escrito, de dos folios de extensión, te permite demostrar algo más. Y lo puedes expresar en palabras. Puedes recoger tus emociones, tus inquietudes, tus ideas sobre el mundo, sobre la profesión que quieres ejercer, etc.”, concluye Sandra.

Una vez los alumnos obtienen las respuestas y deciden apostar, si es el caso, por una de las diferentes universidades que les han aceptado, entran en relación directa con ella y comienza una nueva hoja de ruta donde caben visitas virtuales, visitas físicas, etc. Si son aceptados en alguna de las top británicas, como Oxford, tendrán que pasar por una prueba teórica de acceso y una entrevista personal bastante dura. “Me llamó la atención que las entrevistas fuesen más académicas que personales o emocionales. Me hicieron exámenes de Física y de Matemáticas. Quedé agotada porque a la vez que preparaba esas pruebas tenía que seguir preparando mis exámenes de Bachiller.”, manifiesta Sofía tras su difícil pero satisfactoria experiencia con Cambridge. Sin embargo, Fernando que ha tenido entrevista con MIT y Stanford, en sus oficinas de Madrid, dice que “en ese tipo de universidades las entrevistas son menos académicas y tienen en cuenta también tu inteligencia emocional”.

Caxton College

Alrededor del 20% de los alumnos que se gradúen este año buscarán un futuro académico fuera de nuestro territorio. En algunos casos lo harán en universidades internacionales de enorme prestigio como Cambridge, Bristol o Southampton donde se encontrarán con antiguos alumnos que ya están estudiando allí.

A pesar de estos buenos resultados, el método de enseñanza que se imprime desde la educación infantil no se instala en la consecución de estos triunfos sino en obtener lo mejor de cada alumno para que sea su valía humana la que le abra las puertas en su vida profesional. Sin duda, existe una satisfacción muy alta entre el equipo docente al ver cómo, año tras año, sus alumnos alcanzan notas extraordinarias que les ayudan a matricularse en universidades de reconocimiento internacional. Aun así, su principal objetivo pasa por una educación con un amplio abanico de asignaturas que se adecúa a sus perfiles académicos y personales más favorables para sus futuros estudios universitarios.