Imagen de Santa Cecilia realizada por estudiantes de la actividad extraescolar de Arte

Por Antonio Gómez Schneekloth, Coordinador de la Escuela de Música

En 1594 el Papa Gregorio XIII nombró a Santa Cecilia patrona de los músicos. ¿Y por qué precisamente a esta noble romana convertida al cristianismo y martirizada por su fe allá por el año 200?

Se dice que sentía una atracción irresistible por los armoniosos acordes de los instrumentos desde un espíritu sensible y apasionado por el arte sonoro. De esta manera, la mártir comenzó a ser representada por numerosos pintores y escultores de la Edad Media en adelante tocando la lira, el arpa, el órgano o el laúd. Como descendiente de una familia patricia, es muy probable que desde pequeña recibiese una sólida educación musical.

Cada 22 de noviembre, numerosas escuelas de música, conservatorios y centros educativos en todo el mundo celebran anualmente la efemérides. Nosotros no hemos querido ser menos y deseamos rendirle desde la Escuela de Música de Caxton College un sentido homenaje, evocando su recuerdo y subrayando una vez más la importancia de la música en la educación de nuestros hijos, independientemente de que se dediquen a ella o no.

De la música se afirman muchas cosas: que amansa a las fieras, que estimula el cerebro, que es un medio de expresión individual y colectivo, que cura, que es un lenguaje universal. Sus beneficios son múltiples y de probada eficacia, tanto en niños como en adultos. No solo está presente en los auditorios y salas de concierto, o en las escuelas especializadas y allí donde se la cultive, sino también en nuestros hogares, en celebraciones públicas de todo tipo, en las fiestas populares, en eventos deportivos, en las iglesias, en hospitales y ambulancias, etc. Dicho en tres palabras: en nuestras vidas.

La educación musical favorece el desarrollo de capacidades tanto intelectuales como corporales desde una edad muy temprana. Este es el lema que nos acompaña en nuestra Escuela de Música. No olvidemos que tocar un instrumento o cantar no solo son actividades mentales, sino también corporales.

Al aprender a seguir un ritmo, a entonar una canción, a leer partituras o a dominar un instrumento nuestras mentes se ejercitan en un lenguaje diferente al que hablamos y escribimos. De este modo se adquieren unas habilidades adicionales, o bien se refuerzan aquellas funciones como la memoria.

En la Escuela de Música somos conscientes de todos estos beneficios que nos aporta la música. Es por ello por lo que fomentamos su práctica e incentivamos a quienes se aventuran a dar sus primeros pasos en este arte que hoy viernes, día 22 de noviembre, homenajea a su patrona.


By Antonio Gómez Schneekloth, Coordinator of the Music School

In 1594, Pope Gregory XIII declared Saint Cecilia the patron saint of musicians. But why this noble Roman woman, who converted to Christianity and was martyred for her faith around the year 200?

It is said that she felt an irresistible attraction to the harmonious sounds of instruments, and had a strong sensibility to the art of sound. As a result, the martyr began to be depicted by numerous painters and sculptors from the Middle Ages onwards, playing the lyre, harp, organ, or lute. As a descendant of a patrician family, it is highly probable that she received a solid musical education from a young age.

Every 22 November, numerous music schools, conservatories, and educational centres around the world celebrate this annual event. We, too, wish to honour her at the Caxton College Music School, evoking her memory and once again highlighting the importance of music in the education of our children, whether or not they pursue it further.

Many things are said about music: that it tames wild beasts, stimulates the brain, serves as a means of individual and collective expression, heals, and is a universal language. Its benefits are numerous and well-documented, both for children and adults. Music is not only present in auditoriums, concert halls, or specialised schools where it is cultivated, but also in our homes, at public celebrations of all kinds, at folk festivals, sporting events, in churches, hospitals and ambulances. In summary, it is part of our lives.

Musical education supports the development of both intellectual and physical abilities from a very early age. This is the motto we live by at our Music School. We shouldn’t forget that playing an instrument or singing are not only mental activities but also physical ones.

By learning to follow a rhythm, sing a song, read sheet music, or master an instrument, our minds are trained in a language different from the one we speak and write. In this way, additional skills are acquired or functions such as memory are reinforced.

In the Music School, we are fully aware of all the benefits music brings us. That is why we encourage its practice and aim to motivate those who venture to take their first steps in this art, which today, Friday, 22 November, honours its patron saint.