1º. Los deberes no deberán ocupar más de 45 minutos – 1 hora. Si no existen otras distracciones (Internet, teléfono móvil, TV…) es más que suficiente para realizarlos.

2º. El horario de realización de los deberes debe ser siempre el mismo y a ser posible en el mismo lugar.

3º. Debemos intentar que las condiciones de la habitación donde sus hijos hacen los deberes sea la adecuada: temperatura, luz, mobiliario, posibles distracciones…

4º. Los padres no deben estar con los hijos al hacer los deberes, ni explicarles las cosas excesivamente. Tan sólo actuarán de control en la realización de los mismos o para preguntas puntuales. Hay que darles toda la responsabilidad a nuestros hijos.

5º. Cuando sus hijos deban estudiar un examen, los padres no harán los resúmenes ni los esquemas, sino que simplemente comprobarán si se lo sabe.

6º. Este proceso debe hacerse con precaución para no darle el estudio “masticado”. Debemos recordar que nuestra actuación como padres es hacer que su estudio sea más reflexivo, no pensar por él/ella, ni convertirnos en sus “profesores particulares”

Cristina Pérez