Por Carolina Cebrián, profesora de Formación Humana en Caxton College

Los niños, los jóvenes y los adolescentes se enfrentan a múltiples presiones sobre modelos de personalidad propuestos por la publicidad, los videojuegos, las redes sociales, el cine y la TV. La forma en la que se representan los roles de género  en estos medios afecta a nuestros niños en todas las etapas de su desarrollo. Los medios de comunicación modelan la forma en que se comportan y piensan nuestros adolescentes, y pueden impactar de forma negativa en su autoestima, en sus valores, en sus relaciones sociales y en sus aspiraciones profesionales.

Estudios sociológicos como los de Carol Gilligan han corroborado una caída en la autoestima de las niñas que empiezan la pubertad que se acentúa durante los años de adolescencia. Por ejemplo, 6 de cada 10 niñas dejan de practicar actividades que adoran en la adolescencia por la presión sobre su imagen corporal, según un estudio dirigido por el Dove Self-Esteem Project.

La TV y el cine enseñan a las chicas que parecer sexy es sinónimo de popularidad y éxito. Una consecuencia de esto es que las chicas sienten que son más importantes por su cuerpo que por su belleza interna y tienden a considerarse como objetos. Las chicas son representadas como más pasivas y sumisas que los chicos. Desgraciadamente esta influencia ha servido para perpetuar la idea de que los chicos tienen más valor que las chicas. Este problema no sólo afecta a la autoestima de las jóvenes sino también a sus aspiraciones profesiones puesto que tienden a escoger en menor proporción las carreras STEM relacionadas con las ciencias, las matemáticas y las ingenierías.

Las expectativas de roles de género afectan también a los chicos ya que se encuentran presionados por tener una apariencia física determinada y la ansiedad creada por eso puede conllevar problemas de depresión y autoestima. Por otra parte, la masculinidad se asocia con ser agresivo y dominante, con tener el poder, con la represión emocional y la búsqueda de riesgos. Esta representación de los chicos tiene también multitud de consecuencias negativas porque el hecho de seguir estos patrones tan rígidos produce baja autoestima, estrés y falta de estrategias para resolver los problemas sociales y personales.

¿Cómo minimizar los efectos negativos y maximizar los positivos presentes en los medios actuales? Todos los expertos recomiendan hablar con nuestros hijos sobre los contenidos de los programas de TV y las películas que ven, lo ideal sería ver con nuestros hijos los contenidos y luego poder comentar con ellos lo que han visto, animándoles a que se pregunten por las características de los personajes masculinos y femeninos, para que puedan compararlos y sepan analizar los mensajes que transmiten. Podemos usar ejemplos del mundo real para mostrar que las representaciones en los medios no son reales.

También se aconseja hablar con nuestros hijos sobre los estereotipos negativos presentes en las redes sociales y de los mensajes que pretenden transmitir los influencers de turno.

En segundo lugar, como padres podemos elegir contenidos que no sigan los estereotipos de género tradicionales. Afortunadamente cada vez hay más creadores de contenidos que rompen los roles de géneros tradicionales. Contamos con webs como www.commonsensemedia.org que nos pueden aconsejar al respecto.

Sobre el humor basado en los estereotipos de género hay que tener en cuenta que los niños y adolescentes les cuesta reconocer cuando se usan de manera injusta, una forma de guiarlos puede ser la siguiente: si nuestros hijos no dirían una broma como esa en frente de dicho grupo, entonces la broma no es divertida.

Los estereotipos de género tienen un impacto a nivel personal en nuestros jóvenes porque limitan la percepción de sus habilidades y opciones de futuro pero podemos neutralizar a través del sentido crítico y la comunicación. Eduquemos a nuestras hijas para que sean decididas, activas y valientes.  Eduquemos a nuestros hijos dentro de un concepto de masculinidad más amplio, en el que quepa la compasión y la ternura.

By Carolina Cebrián, Personal Development teacher at Caxton College

Children, young people and adolescents face pressure by publicity, videogames, social networks, cinema and television for personality models. The way that gender roles are represented in these media affects our children throughout their development. The mass media shapes the way adolescents behave and think, and can have a negative impact on their self-esteem, values, social relationships and professional aspirations.

Socio-economic studies such as one by Carol Gilligan have shown a drop in the self-esteem of girls at the beginning of puberty that deepens during their adolescence. As an example, six of every ten girls stop practising activities that they love during adolescence due to pressure about their body image, according to a study carried out by the Dove Self-Esteem Project.

Television and cinema teach girls that looking sexy is a synonym for popularity and success. One consequence of this is that girls feel that they are more important for their bodies than for their internal beauty, and tend to think of themselves as objects. Girls are represented as more passive and submissive than boys. Unfortunately, this has reinforced the idea that boys are braver than girls. This problem doesn’t just affect young women’s self-esteem, but also their professional aspirations, since they then tend to choose STEM careers less frequently (those related to science, mathematics or engineering).

Gender role expectations also affect boys, since they too feel pressured to have a certain physical appearance, and the anxiety created by this can cause problems with depression and self-esteem. Additionally, masculinity is associated with aggression, dominance and power, as well as emotional repression and the pursuit of risk. This representation of boys also brings a multitude of negative consequences, because merely following such rigid patterns produces low self-esteem, stress and a lack of strategies to solve social and personal problems.

How can we minimise the negative effects and maximise the positive ones that we see in the mass media these days? All of the experts recommend speaking with our children about the content of the television programmes and films that they watch. Ideally, we as parents would watch them with our children, and later discuss what they have seen, encouraging them to question the portrayal of both male and female characters so that they can compare them and analyse the messages they contain. We can use real-life examples to demonstrate that the media’s representation is false.

It is also recommendable to speak with our children about the negative stereotypes present in social media and the messages that popular ‘influencers’ transmit.

Secondly, as parents we can choose content that doesn’t follow traditional gender stereotypes. Fortunately, more and more content is being produced that breaks traditional gender stereotypes, and web pages such as www.commonsensemedia.org give recommendations about this.

We must bear in mind that children and adolescents have a difficult time identifying when humour based on gender stereotypes is used injudiciously. One way to guide them in this regard would be to ask them if they would feel comfortable telling that kind of joke in front of the affected group; if not, then it is not a funny joke.

Gender stereotypes have an impact on our young people on a personal level because they limit the perception of their own skills and future opportunities, but we can neutralise this effect by developing their ability to critique and to communicate. Let us educate our young women to be decisive, active and brave. Let us educate our young men within a broader concept of what masculinity means, in which compassion and gentleness have a place.