Los centros docentes son lugares privilegiados para observar, analizar y evaluar las conductas de los niños y jóvenes. En el colegio se han reforzado los programas educativos emocionales para hacer frente a los retos de esta nueva época.

Especialistas en salud mental y emocional llevan tiempo advirtiendo de las consecuencias negativas que está dejando la Covid-19 en la sociedad y, muy concretamente, en la población infantil y juvenil.

Siendo conocedores de esta nueva realidad pandémica, en el colegio llevamos varios cursos escolares priorizando una serie de protocolos educativos con el objetivo de prestar especial atención a aquellos alumnos que necesitan una ayuda adicional para gestionar la complicada situación que estamos viviendo en los dos últimos años. “En todos los colegios hemos percibido un aumento de problemas en la salud mental de nuestros alumnos. La pandemia ha traído miedo e incertidumbre a muchas familias, y por ello, quizás son los trastornos de ansiedad los que más han aumentado en niños y adolescentes, pero también ha subido la prevalencia de niños con depresiones o con trastornos por estrés, por ejemplo”, asegura Cristina Pérez, psicopedagoga de Secundaria.

Nuevos retos en Educación Infantil

Para hacer frente a este nuevo desafío educativo y ofrecer una ayuda personalizada a los alumnos en edades tempranas, se ha incorporado a las aulas nuevas estrategias educativas relacionadas con la inteligencia emocional. Ana Algaba, responsable de Baby Caxton, explica cómo trabajan a diario con los niños para que, a lo largo de los meses, se adapten a un entorno de convivencia inédito para ellos al iniciarse el curso. “Muchos niños han venido a clase en los últimos años habiendo tenido solamente relación social con sus padres. No habiendo interactuado con otros niños ni con otros adultos. Tampoco habían tenido experiencias en espacios públicos. Esa reducción social ha sacado a la luz una serie de carencias en el comportamiento de los niños que hay que tratar con delicadeza para que lentamente vayan desapareciendo”.

Experiencias sociales y sensoriales

Mediante la práctica de juegos cooperativos, los alumnos se sienten estimulados emocionalmente y asimilan habilidades sociales con las que aprenden a interactuar mejor con sus compañeros y profesores. De este modo, desde las aulas, les proponen actividades afectivas en las que trabajan valores como el respeto o la empatía y les enseñan, por ejemplo, a cómo cuidarse unos a otros. “En definitiva, les ofrecemos experiencias en las que puedan interactuar y mejorar su relación con el entorno en estos tiempos difíciles, de aislamiento, en los que les está tocando crecer. Desde nuestro punto de vista es muy importante que comiencen a desarrollarse física y verbalmente de manera correcta ya que el lenguaje activa sus redes neuronales. Además, en estos años comienzan a definir sus personalidades por lo que desde los centros educativos podemos detectar cualquier dificultad cuanto antes para evitar que se convierta en algo más grave”, asegura Karen Fraser, coordinadora de Educación Infantil.

Este tipo de acciones educativas, que persiguen mejorar el bienestar de los alumnos y ayudarles a socializarse debidamente, son transferidos a los padres para que de manera coordinada con la escuela puedan trabajarlos en casa y alcanzar los objetivos educativos que se han marcado.

Por otra parte, para corregir problemas relacionados con la conducta, resulta muy útil que los niños entiendan sus emociones a través de ejercicios de concienciación, prácticas específicas de integración sensorial, yoga, ejercicios de respiración o mindfulness. El objetivo de estas técnicas es el de dotar a los niños de herramientas para que puedan reconocer fácilmente sentimientos a través de los mensajes que sus cuerpos les envían y saber crear momentos de pausa o de tranquilidad.

Otros ciclos educativos

“Creo que en los tiempos que corren todos podemos estar de acuerdo en que es fundamental priorizar el bienestar, la salud mental y la inteligencia emocional de los alumnos de cualquier ciclo formativo”, asume Amparo Gil, Directora del centro. Con esta filosofía, tanto los alumnos de Primaria como los de Secundaria mantienen un diálogo permanente con sus tutores para conocer su bienestar social y emocional. “Cuando un alumno nos da señales que nos preocupan, tanto las dos psicólogas del centro como los tutores nos reunimos personalmente con él para orientarle y comenzar a abordar sus problemas de inmediato”, confirma Cristina Pérez. Hay estudios que confirman que los alumnos felices son más resilientes y sacan mejores notas y que en el futuro se convertirán en adultos también felices y capaces de desenvolverse adecuadamente en la sociedad. Desde esta perspectiva, Marta Gil, Subdirectora, asegura que “somos un centro convencido de la importancia de seguir apostando por desarrollar tanto los aspectos académicos como los valores humanos y emocionales de nuestros alumnos”.

Caxton College es autor de este contenido, publicado en medios de comunicación como ABC, Valencia Plaza y Valencia International.


Schools are the ideal place to observe, analyse and evaluate the behaviour of children and adolescents. The school has reinforced emotional education programmes to meet the challenges of this new era.

Specialists in mental and emotional health have been warning us for some time about the negative effects that the Covid-19 pandemic is having on society, and especially on children and young people.

Conscious of this reality, at school we have been making it a priority to implement educational protocols that aim to provide extra support for those pupils who require it to cope with the complicated situation that we have been facing these past two years. ‘All schools have detected an increase in mental health problems in pupils. The pandemic has brought fear and uncertainty to many families, and perhaps this is why we have seen an increase in anxiety disorders in children and adolescents, but we’ve also seen an increase in the number of children with problems due to factors such as depression or stress’, said Ms Cristina Pérez, Secondary Psychologist.

New challenges in Early Years education

To deal with this complex situation and provide individual attention to children in Early Years, the school has implemented new educational strategies in the classroom to promote emotional intelligence. Ms Ana Algaba, Head of Baby Caxton (the first stage of infant education), explained the method used to work with children on a daily basis to help them gradually adapt to this new environment with their peers. ‘Many children have started school these past two years having had social relationships only with their parents, but never having interacted with other children or adults before. They’ve also had very little experience in public places. This lack of social education has had repercussions on the children’s behaviour that must be addressed carefully to ensure they subside over time’.

Social and sensory experiences

Through collaborative play, children at school are stimulated emotionally and acquire social skills that allow them to better interact with their peers and teachers. Children participate in classroom activities that develop their interpersonal skills, such as respect or empathy, and teach them how to look after one another. ‘In short, we offer experiences where they can interact and improve their relationship with their surroundings during these challenging times. During these formative years, they are being forced to contend with a great deal of isolation. In our opinion, it’s essential for them to start to develop their physical and language skills correctly to stimulate their neural networks. Also, it is at this stage of their lives when their personalities begin to be defined, so the sooner any difficulties can be detected at school, the better to ensure it doesn’t become a more serious problem’, said Ms Karen Fraser, Head of Early Years Foundation Stage education.

This kind of activity, whose aim is to improve pupils’ wellbeing and help them to socialise appropriately, is conveyed to parents so that they can also work on these educational objectives at home in collaboration with the school.

Additionally, to remedy behaviour-related problems, it’s useful for children to understand the emotions they feel through specific sensory integration and awareness exercises, yoga, breathing or mindfulness activities. The aim of these techniques is to provide children with the tools they need to identify feelings from the messages they receive from their bodies and be able to create moments of pause or calmness.

Other educational stages

‘In these times, I think we can all agree that it’s essential to prioritise the wellbeing, mental health and emotional intelligence of pupils of all ages’, said Ms Amparo Gil, Principal. In keeping with this philosophy, both Primary and Secondary students at school maintain a constant dialogue with their form tutors to monitor their social and emotional wellbeing. ‘If pupils give any cause for concern, both the school psychologists and tutors meet with them to guide them and start to address their problems immediately’, said Ms Pérez. Studies confirm that happy students are more resilient, achieve better academic results and become happy adults who make positive contributions to society. From this perspective, Ms Marta Gil, Vice Principal, said, ‘At our school, we believe in the importance of developing not only the academic side of our pupils, but also providing them with an education in emotional intelligence and values’.

Caxton College is the author of this content, which has been published in Spanish media such as ABC and Valencia Plaza, and English media such as Valencia International.